jueves, 22 de septiembre de 2016

[Reseña] Los siete contra Tebas

"Los siete contra Tebas" es una de las pocas obras trágicas que se conservan de Esquilo, compuesta aproximadamente en el 467 a.C. "Los Persas", del año 472 es su antecesora.

El contexto general se centra en la ciudad de Tebas y se trata el conflicto de dos hermanos: Polinices y Eteocles, ambos hijos del rey Edipo, fallecido para aquel entonces.

Tras el fallecimiento del rey, Eteocles y Polinices se convierten en los sucesores de su padre quienes deciden, en lugar de que uno solo herede el gobierno de su pueblo, tomar turnos para gobernar un año cada uno. Los años pasan con tranquilidad hasta que, un día, Polinices llega a reclamar el año de gobierno que le corresponde pero Eteocles no solo se niega a ello sino que lo exilia, siendo éste el peor castigo que se le podía dar a un hombre en aquel entonces, pues lo reducía a la nada.

Polinices, exiliado, consigue la ayuda de guerreros que deciden ayudarlo a tomar el lugar que le correspondía y, es así como, decidido a retomar su puesto, se propone invadir Tebas.

La obra toma el nombre de "Los siete contra Tebas" pues en dicha ciudad hay siete puertas. Son siete los guerreros que abrirán las brechas a favor de los invasores, uno por cada puerta, y, por ende, son siete los guerreros que deberán defender las mismas siendo, efectivamente, los dos hermanos quienes se enfrentarán en una de las batallas.


[ SPOILER ZONE ]

El final no acaba tan bien como uno podría imaginarse, no sería tragedia si no fuera así. Los hijos de Edipo, al enterarse del incesto que su padre había cometido, lo repudian, ganándose tras un episodio en el que estos deciden cambiar la comida del rey por huesos, la maldición de las erinias, diosas de la venganza con especial afinidad por castigar los crímenes familiares. La maldición decía que, en un futuro, sus dos hijos se repartirían su herencia a través del metal.

A pesar de que los siete guerreros logran repeler a los invasores, el destino de ambos hermanos acaba cumpliéndose y ninguno sobrevive a la batalla. La historia termina cuando el consejo del pueblo decide enterrar a Eteocles y rendirle el honor merecido como salvador de la ciudad, mas también decide que el cuerpo de Polinices será echado fuera de la ciudad para que los perros lo coman pues, al invadir su propia tierra, se ha convertido en un traidor. Es entonces cuando Antígona, a pesar de ser una mujer, se levanta en contra de aquella decisión, dispuesta a enterrar el cuerpo de su hermano a pesar de lo que el consejo diga:

ANTÍGONA. -Pues yo les digo a los gobernantes de los cadmeos que, si ningún otro quisiera ayudarme a enterrarlo, yo lo enterraré y arrostraré el peligro de dar sepultura a mi hermano, sin avergonzarme de mi resistencia desobediente a los que mandan en la ciudad.
Terrible es la entraña común de donde nacimos, de mi infeliz madre, y la procedencia de mi desdichado padre. Por eso, alma mía, pon tu voluntad al servicio del que ya no la tiene y participa de sus infortunios. Vive para el muerto con un verdadero corazón de hermana. No van a devorar sus carnes los lobos de vientre famélico. ¡No lo piense nadie! Antes, al contrario, aun siendo mujer, una fosa y túmulo voy a procurarle. Me lo llevaré entre los pliegues de mi veste de lino y yo sola lo enterraré. Que nadie imagine lo contrario. Mi resolución hallará algún medio de hacerlo.
HERALDO. -Te lo advierto: no violentes en eso a la ciudad.
ANTÍGONA. -Te lo advierto: no me vengas con proclamas absurdas.
HERALDO. -Riguroso es un pueblo que escapó de un desastre.
ANTÍGONA. -Sé riguroso; pero este cadáver no se va a quedar insepulto.



[ OPINIÓN ]


El final de la tragedia me pareció sublime. Antígona se alza como una de las pocas mujeres de las tragedias que salen del papel que se espera de ellas, siempre sumiso ante los hombres, demostrando un gran valor.
La tragedia de la familia de Edipo me resulta de lo más interesante, siendo que estoy siguiendo el orden cronológico en el que se conservan las tragedias, no puedo esperar a llegar a "Antígona" y a "Edipo Rey".
La historia está narrada de tal forma que uno no solo acaba interesándose por los sucesos en sí, siendo que el desenlace de la historia es adelantado por uno de los adivinos, sino que acaba también cautivado por el trasfondo de la historia.



miércoles, 21 de septiembre de 2016

¡Parciales otra vez!

Es gracioso cómo funciona la mentalidad humana en ciertas ocasiones. Creo que uno de los momentos en los que más nerviosos nos sentimos es a la hora de dar exámenes; nos olvidamos por completo que aquello a lo que nos enfrentamos es una simple prueba para comprobar cuánto conocimiento adquirimos a lo largo de la cursada y de repente nos encontramos en una batalla de vida o muerte.

Lo más gracioso es que no importa qué tan bien sabemos que nos va a ir, a la hora de la verdad tendemos a creer que el examen fue un desastre. Tengo mi primer parcial del cuatrimestre dentro de los dos días, va a ser oral y tengo que defender mi monografía. A medida que pasan las horas, el pánico no hace más que crecer.

MIEDOOOOOOOOO.

Gonza, por favor aprobame, te hago una torta oreo (?)

lunes, 19 de septiembre de 2016

Cómo escribir un título

Algo muy importante que aprendí en Letras es la forma correcta de escribir un título.

Primero hay que tener en cuenta si el título del que hablamos es el título de un libro en sí o el título de un cuento o alguna otra cosa que esté dentro de una obra recopilatoria.

El título del libro puede escribirse de dos maneras:

-En cursiva.
-Subrayado (se aplica únicamente cuando estamos escribiendo a mano).

El título de una obra contenida, siempre se escribe de la misma manera:

-Entre comillas, ya sean éstas " " o éstas « ».


Por ejemplo:

Si yo hablo de Fangirl, de Rainbow Rowell, escribiendo en computadora debería referirme a él de esta forma:

"Aún no he leído Fangirl, de Rainbow Rowell. Me lo han recomendado mucho pero quiero tener mi propia imagen del libro".

Si estuviéramos escribiendo a mano, como naturalmente muchas personas escriben en cursiva y, de esa forma, no podríamos distinguir el título del resto del enunciado, deberíamos subrayar el mismo:

"Aún no he leído Fangirl, de Rainbow Rowell. Me lo han recomendado mucho pero quiero tener mi propia imagen del libro".


En el caso de las obras contenidas, siempre va en comillas:
"Estoy entusiasmada, comencé a leer Cuentos de los hermanos Grimm. No veo la hora de llegar a «Cenicienta»".

viernes, 16 de septiembre de 2016

Pasión.

Realmente disfruto de las clases de Literatura Española del Siglo de Oro. Cuando empezamos no le tenía demasiada fe. Sabía que íbamos a leer el Quijote, que es un libro eteeeerno y que, con las otras materias que estamos cursando, nos iba a resultar una lectura bastante cargosa. Desde chica he recibido opiniones muy contradictorias acerca del Quijote, como si no hubiese término medio en el mismo: o te encanta o no te gusta. Soy el tipo de personas que prefiere establecer un juicio propio en lugar de basarse en el de los demás así que empecé tanto las clases como la lectura con cero expectativas.

A veces la vida te da sorpresas muy lindas.

La profesora Serber es una persona increíble, de esas que simplemente te contagian su entusiasmo. Es tan apasionada..., se nota que realmente ama lo que hace. A veces siento que me podría estar hablando de las características de la baba del caracol y, hablando como lo hace ella, resultaría re interesante. Tenemos sus clases los viernes en la última hora, de 11.30 a 13.30/14.00, lo que nos parece un poco cargoso porque es la última hora del día. Sin embargo ella logra engancharte desde el momento cero hasta que, si no es porque un compañero te avisa, te perdés el colectivo de la vuelta. Y eso no es todo, sino que salís de sus clases con unas ganas de leer que asombran.

El Quijote es todo un tema, sin embargo es mucho más interesante de lo que me imaginé en una primera instancia. Es divertido ver cómo la locura de Don Quijote trasciende la realidad, modelándola a los ojos del hidalgo para convertir la situación en una aventura más. Aprendimos muchísimo acerca de los distintos episodios, la cuestión crítica y los relatos internos que aparecen a lo largo de la obra. Los personajes están muy bien caracterizados y la evolución de los mismos es algo que, si bien no avanza demasiado rápido, te invita a seguir leyendo.

Don Quijote se enfrenta a los molinos de viento


Apenas voy por la mitad de la primera parte y tengo un claro problema con los nombres. Son tantos los personajes que aparecen que debería realizar una lista. Esa es otra de las cosas que me sorprende de mi profesora, la facilidad que tiene para recordar cada personaje, cada episodio, cada detalle.

Mi episodio favorito, de momento, es uno de esos relatos interpolados. La historia de Cardenio y Luscinda es tan interesante y atrapante que en el momento en que se corta por la intervención de Don Quijote te dan ganas de encabezar un ejército y de darle una de esas famosas tundas que recibe. Quizás se debe a que ese tipo de romances me gustan mucho. Amor, deseo, traición, pena..., tiene todos los elementos de un buen romance al mejor estilo cortés. Es una lástima que hoy en día ya no haya relatos como aquellos.


Tristán e Isolda
Es raro, el romance no es de mis géneros favoritos, de hecho, cada vez que aparece en el transcurso de las novelas contemporáneas suelo irritarme, sin embargo, el amor en las novelas de caballería me parece un tema precioso. Estoy aprendiendo a valorar estas historias mucho más de lo que antes lo hacía, abriendo un poco más mi mundo y dándome cuenta de que la caballería es más que el rey Arturo. Sé que, en el transcurso de mi vida voy a leer mucho más de este precioso género, solo espero no terminar como Don Quijote...


O quizás sí, sería divertido ver la reacción de la gente ante una posible reinstauración de la caballería andante.

jueves, 15 de septiembre de 2016

Más que compañeros, amigos.

Creo que una de las cosas más importantes para mí fue el grupo que me tocó. Somos poquitos, a veces 12, a veces 13... A veces viene un chico un poco raro que se come los moquitos, pero eso es tema aparte.
Mis compañeros son un tema muy particular. Todavía me acuerdo el primer día cuando llegué, solo había llegado Cami, una chica que había empezado a mitad del año anterior pero, por cosas del programa, tenía que cursar las anuales, el primer cuatrimestre y alguna que otra materia nueva con nosotros. No sabía qué esperar, estaba muy nerviosa pero ella me mostró el buffet y nos quedamos hablando un rato de nuestros gustos, de cómo eran las cosas por ahí, de que el buffet abría a X hora y era muy molesto porque a esa hora ya teníamos que estar en clase.

No sé exactamente en qué momento pasamos de ser simples compañeros a ser amigos, creo que en la verdadera amistad esas son cosas que uno no nota porque no está pendiente de ello, como si fuera una misión por lograr, con diferentes puntos a conseguir. Poco a poco nos fuimos abriendo todos, ganando confianza, hablando de alquimia, riéndonos con las historias del tren, frustrándonos por GoT, estresándonos con los parciales. Apenas es el primer año, pero el poder improvisar un dueto de High School Musical cuando los profesores no están en el aula ya es mucho que decir.



Me pone triste la idea de pensar que uno de nosotros se va a cambiar de carrera el año que viene porque la falta se va a notar muchísimo, alguien va a dejar de participar de la idea de nuestro grupo. Peeeeero sé que no es el fin del mundo, no nos vamos a dejar de ver o hablar por eso, o es algo que espero. Por demás, está claro que al final de la carrera vamos a tomar caminos diferentes: algunos están ahí para, en un futuro, poder trabajar en editoriales, otros queremos terminar la carrera completa, otros no nos contentamos con eso y vamos a buscar la gratificación extra de ser profesores.

Todavía falta mucho, apenas es nuestro primer año y, aunque se pasó volando, nos queda un buen trayecto que, de buena gana, vamos a compartir. Me siento realmente afortunada de estar en un grupo como en el que estoy, y aunque a veces resulte muy molesta, soy feliz de que me acepten como tal y de poner mi propio granito de arena.

Este verano vamos a empezar un proyecto literario en conjunto, ¡estoy muy ansiosa!

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Mi primera monografía

Cuando el profesor de Filosofía nos dijo hace un par de semanas que el parcial de la materia iba a consistir en elegir un tema cualquiera que nos guste y relacionarlo con algo que hubiésemos visto en clase me vi emocionada. La idea me parecía divertida e interesante, aunque actualmente estamos viendo filósofos un poco más contemporáneos como Descartes, hemos visto, en el cuatrimestre anterior, desde los presocráticos.

Había un tema en particular que me había gustado mucho, los ídolos de Bacon. Siempre me gustó el tema de los falsos ídolos, incluso desde que lo veíamos en el colegio en la materia Formación Cristiana. Inmediatamente supe que quería hablar de eso. Teníamos que preparar una monografía de tres hojas de contenido.

Pensé que sería fácil, simplemente hablar y ya, pero no tardé en encontrarme con mi primer desafío: ya sabía qué tema quería tratar pero..., ¿con qué relacionarlo?

Tardé alrededor de tres semanas en decidirme por un tema, había cosas que me llamaban la atención, miles de ideas, pero tan pronto como fijaba mis ojos en ellas, se escapaban. La idea de relacionar mi tema con Harry Potter me golpeó de lleno, fue a mitad de una clase y la sensación de saber de qué iba a hablar me llenó de paz. Siempre me consideré una persona de la casa de Slytherin, más allá de los test y la imagen de chicos malos que uno suele tener de ellos. Sé perfectamente que la casa de las serpientes es repudiada por muchos o simplemente categorizada; no muchos pueden ver lo que hay más allá de las simples apariencias. Fue eso mismo, el amor que le tengo a mi casa, lo que me hizo seguir adelante con mi decisión.



Entonces... tenía todo listo, pan comido, ¿no? ¡NO!

Escribir la monografía fue todo un desafío, no solo basta con plantear lo que uno cree sino que hay que justificarse con el planteamiento teórico que uno eligió. No bastó con tener que leer lo referente a los ídolos en la obra de Bacon, Novum Organum. Tuve que recurrir a mucha más bibliografía, tanta que, llegado un punto, no sabía si había sacado X cosa de tal libro o Y cosa de tal otro. Fue muy mareante pero, de alguna forma logré no solo hacer la introducción sino también el desarrollo y la conclusión.

Siendo la primera vez que escribo algo de este estilo, no puedo evitar sentir un gran orgullo y satisfacción personal. Sé que probablemente tenga muchísimos errores, pero también tengo la confianza de que soy una simple estudiante, esta es la etapa en la que tengo que caerme, aprender y levantarme. Toda caída deja una enseñanza.

Sinceramente, estoy aterrada. No quiero que llegue la hora de defender mi monografía la semana que viene, Filosofía es una de las materias que menos entiendo, pero eso no me va a privar de dar mi mejor esfuerzo. Si hay algo que no estoy considerando siquiera es la idea de recursar.

Este fue uno de mis primeros pasos y estoy muy agradecida con nuestro profesor, uno de los pocos que nos incentiva a, además de leer, escribir. Es una gran oportunidad de comenzar a desarrollarse más allá del carácter ficcional de una narración, hay que expandir los horizontes.

Muy pronto voy a estar subiendo en alguna entrada las nociones básicas de una monografía. Es sorprendente la cantidad de la gente que llega a la facultad sin saber escribir una (me incluyo). Creo que el estar tan perdidos en ese sentido es parte de lo que nos hace sentir tan nerviosos; si algún día llego a ser profesora de secundaria, me voy a asegurar de que mis alumnos no pasen de año sin saber escribir una monografía.

Ser feliz es fácil.

Hoy llegué a mi casa como cualquier otro día... o casi como cualquier otro día. Tras una semana de nervios por el primer parcial del cuatrimestre, me devolvieron un hermoso nueve. En cierta forma había estado resignada, sabía que iba a aprobar pero no contaba con tener la suficiente nota como para que la promoción fuera un deseo alcanzable. Ver ese nueve despertó una sensación hace tiempo dormida en mí, las ganas de escribir afloraron, aunque fuera una tontería, algo. No sé si una historia, simplemente yo y mis palabras.

Estaba leyendo un poco acerca de los ídolas para empezar a armar mi monografía de Filosofía cuando surgió la idea: "voy a abrir un blog", me dije. Tengo una página en Facebook pero no es lo mismo, acá, en este espacio soy yo, yo y mis palabras, no necesito fotos, no necesito citas, no necesito un empuje extra. Decidí que sería lindo comenzar este proyecto, una especie de diario con toooodo lo que quiera subir: resúmenes, información, detalles, reseñas, todo tipo de cosas, incluso de mi propia producción.

Llevo ya séis meses estudiando la carrera de Letras en la Universidad del Salvador y pasé por un montón de experiencias, tengo un grupo muy lindo y muy unido, me interesé por cosas que en mi vida pensé que me iban a interesar... Siento que, como persona, cambié mucho desde que empecé a cursar esta carrera, y ahora soy una persona más feliz.

Mi intención con este blog es compartir mi experiencia con ustedes, hacer recomendaciones, comentarles cosas que me llaman la atención... quizás alguna que otra cosita les ayude. Tal vez nadie lea esto, pero no importa, tengo muy presente que esto es una especie de regalo a mí misma, algo que pueda abrir en un par de años cuando esté terminando la carrera y decir "pucha, pasé por un montón de cosas".

Y eso es todo, éste es mi primer pasito, y el alivio que siento de poder escribir un poco es realmente liberador. Creo que es hora de abrir un poco las puertas a mi mundo intradiegético.

Sigan sus sueños, ser feliz es fácil, solo hay que intentarlo.